Estress y tarta nº VII

Cuando me encargan una tarta y por suerte son pocas me encuentro entre dos fuegos. Bueno cuando digo dos son pocos, una mezcla de euforia, y estress.  Entonces es cuando me paro a pensar si eso realmente vale la pena. Me refiero, tengo mi faena, mi pareja, mi casa y mi hijo que ya ocupan gran parte de mi vida y cada una de esas partes me estressan en su justa medida, entonces tan solo hacia falta que algo que me gusta en principio como pasatiempo se convierta en dolor de cabeza. Me gustaría pensar que el dolor de cabeza viene en parte por el calor y la humedad reciente de ese verano que en vez de acabar empieza, pero sé perfectamente que viene por mi inexperiencia sobre el tema, mi falta de planificación, de material adecuado, de espacio, fenómenos exteriores inesperados...Pero claro tampoco puedo exigirme mucho, al fin y al cabo esta tarta es la séptima (no os quejáis que os he ahorrado la V y la VI) y por mucho que mire treintamil tutoriales, una no ha nacido enseñada. En realidad esta vez lo tenia bastante planificado, diseño, relleno, colores, prueba de masas dulces...pero no contaba con el fenómeno exterior inesperado, error siempreeee hay que contar con el. Cuando digo fenómeno no me refiero a un tornado, ni una plaga de mangostas sino a un verdadero "fenómeno" que hacia ocho años que no veía y se me presento via sms de Face a las dos de la madrugada del jueves (hacia calor y no podía dormir),
- " Te parece si vengo a tu casa a pasar un par de días con mi churri !? "
- " Claro, que alegría, cuando quieras ! "
- " Llegamos esta tarde...besitos "
- " Heuuu, vale, os preparo la habitación...besitos "

Ostras, trabajo, niño, pareja de baja (si todavía... lo sé), compra, cenas, visitas y un pastel por hacer, uffff. Que no cunda el pánico, el churri los paseara mientras hago al menos el bizcocho y el sábado (que es el día que estoy más cansada) haré todo lo demás. Os paso el reencuentro entrañable después de ocho años, las batallitas recordadas, la novia encantadora...Y vamos al lio.
Bizcochitos basicos de chocolate, rellenos de crema de mascarpone aromatizada de piña colada (un pelin dulce para mi gusto) cubierta de fondant con muñequitos de gum-tex (mis primeros). Hasta aquí llega una parte del estress, porque quién me manda a experimentar con mi mejor clienta (es muy comprehensible, jajaj). El sábado acabo de moldear todo a las...(mejor no miro la hora), nunca estará seco y el domingo a primerisima hora me levanto por si acaso tengo que improvisar. Todo bien, casi, una calor horrible pero no es novedad, corto el pastel, relleno...y pego las figuritas a ritmo de...

Tan solo queda envolver, entregar y esperar la llamada para saber si todo esta en condición y ha gustado.

Por suerte gusto, y aunque yo no este satisfecha del todo (lo seré alguna vez) me enorgullece haberlo conseguido a pesar del cansancio previo y posterior. Este pastel tan solo tiene el precio de una satisfacción propia porque económicamente (eso es otro tema que me estressa y llevo fatal) no tiene precio.