Sorbete de limón.

Aquella semana había sido especialmente dura, estaba de bajón, mucha calor, mucho trabajo, se murió la pantalla del ordenador y el niño se rompió la nariz un día antes de irse de viaje de fin de curso. Pero la vida sigue y aunque preocupada por el niño, no podía privarle del ultimo viaje de colegio y al fin y al cabo la pediatra me dijo que aparte del dolor no se podía hacer nada y lo dejara marchar si a el le apetecía. Me levante temprano para repasar su maleta, el bocadillo, la comida...y nos dirigíamos al cole para la gran despedida cuando el niño me aviso que llevaba la camiseta al revés, le dije riendo "jajajja, tu abuela siempre me decía que cuando te pones una prenda del revés es que te van a hacer un regalo". Nos despedimos y me fui a trabajar con el corazón encogido, no es que sea una madre más "bleda" que otra ni soy excesivamente protectora (más bien al contrario)  pero estaba preocupada por su nariz. Entonces cuando abrí mi taquilla, me encontré una gran sorpresa, ahí estaba, la heladera del Lidl y mi compi de curro con una gran sonrisa, nos abrazamos y hasta me puse a llorar de la emoción. No podía agradecérselo de otra forma que haciéndole un helado, y el primer helado elegido a sido un sorbete, rico y fresquito de limón.

Sorbete de limón.

Ingredientes :

- Un litro de agua.
- Un tercio de piel de limón.
- Un tercio de piel de limón rallada.
- 500 grs de azúcar.
- Medio litro de jugo de limón.

Las dos ultimas bolas.

Primero haremos el almíbar con la piel de limón y el azúcar. Unos 5 minutos hirviendo bastaran. Cuando este completamente frio el almíbar, añadiremos la piel rallada y el zumo de limón. Procederemos a montarlo siguiendo las instrucciones del fabricante.

Ahora que he hecho el primero, tengo que experimentar. Y lo próximo es hacer el azúcar invertido, el helado de chocolate (para el niño), el de nata con fresas (para el gordo), el de coco (para mi)......

P.D. : No soy supersticiosa (bueno con las cosas de la mesa un poco) pero al irme de la faena sin darme cuenta me volví a poner la camiseta del revés, me aviso una compañera, le conté lo que me decía mi madre, nos reímos de las casualidades y cuando llegué a casa me esperaba un amigo en el portal con un gran paquete...Una pantalla nueva para el ordenador. Casualidad, superstición, sea lo que sea tengo unos amigos con un gran corazón, que más puedo pedir.